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Métodos de captación: las estrategias del proxenetismo para introducir a las mujeres en el Sistema Prostituyente

Mayo 29, 2020

Las mujeres y niñas somos capturadas para ser introducidas en el sistema prostituyente de maneras muy diversas y complejas. El secuestro en plena calle es el método más explícito y difundido pero, sin embargo, no es el más utilizado. En realidad, la mayoría de las víctimas son captadas de otras maneras que en apariencia no son tan drásticas ni explícitamente forzadas.

 

Usualmente, cuando hablamos sobre el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, tendemos a pensar en aquel momento en que la explotación está consumándose o ya se ha cometido. Pero es sumamente importante enfocar en todo el proceso, en especial en los métodos de captación de las víctimas. Es vital entender cuándo estamos en presencia de los mecanismos a través de los cuales nos someten, aprovechándose comúnmente de necesidades o estados de vulnerabilidad, para introducirnos en el sistema prostituyente.

 

El delito de trata de personas consta de tres etapas, las cuales son interdependientes entre sí y necesarias para lograr su finalidad: ofrecimiento y captación, traslado y transporte y recepción y acogida. 

Entonces, ¿de qué hablamos cuando mencionamos el ofrecimiento y la captación? Se trata de los métodos por los cuales se introduce a una persona en la explotación que representa el sistema prostituyente, la forma en que, de alguna manera, este sistema absorbe o captura a las mujeres para explotarlas.

 

Nuestra labor como feministas, creemos, es informar y prevenir, alertar acerca de cuándo podemos estar en presencia de posibles captores, informar sobre el funcionamiento de esta institución patriarcal por excelencia que requiere de nuestros cuerpos para explotarlos de los modos más inhumanos y obtener ganancias exorbitantes a partir de ellos.

 

En primer lugar, resulta importante romper con ese pensamiento en el imaginario colectivo que supone que el secuestro es la vía más eficaz y frecuente utilizada por los proxenetas para introducirnos a la trata. El secuestro de hecho ocurre y debemos tener cuidado, pero es mínima la cantidad de casos cuando se la contrasta con el universo de mecanismos de captación que los tratantes ponen en práctica. Las nuevas formas y métodos de captación a los que aludimos suelen ser más sofisticados, elaborados y complejos.

 

Entre los métodos de captación más frecuentes se halla aquel que es cometido mediante engaños, que pueden consistir en ofertas laborales en las que se asegura mejorar nuestras condiciones de vida y las de nuestras familias con un muy buen salario. Se trata de ofrecimientos de puestos para empleadas domésticas o niñeras, empleadas de comercios, recepcionistas o puestos de atención al cliente, y también de castings de modelos, actrices o promotoras. Es por ello que tenemos que chequear previamente de dónde sale esta oferta, dónde queda el sitio y conseguir más referencias online del mismo. Recomendamos, por tanto, conseguir la mayor cantidad de información posible sobre la oferta laboral que hayamos recibido, y no concurrir solas al sitio de su realización.

 

Por otro lado, el engaño puede consistir en el enamoramiento. Los captores son capaces de simular toda una relación sentimental para llegar a explotar sexualmente a sus víctimas. “Les hacen el novio”, aprovechando situaciones de vulnerabilidad familiar para poder alejarlas de su entorno conocido y posteriormente explotarlas. Una vez iniciada la explotación sexual, los proxenetas pueden llegar a tener hijos con las víctimas como una forma de consolidar el vínculo y coaccionarlas para reducir sus deseos y posibilidades de huir.

 

Otra forma de engaño puede consistir en la utilización de las mismas víctimas para reclutar nuevas: muchas mujeres ya capturadas son amenazadas y obligadas a engañar a otras, por ejemplo, simulando discusiones en la vía pública u otra circunstancia de necesidad de ayuda para llamar la atención de sus víctimas, lograr que se acerquen y capturarlas. 

 

Cuando se trata del secuestro, los captores suelen movilizarse en vehículos e interceptar a sus víctimas en la vía pública para atraparlas. Es el método más explícito y difundido, aunque, como decíamos, no el más utilizado.

 

Aparte del secuestro y el engaño, un tercer método consiste en el grooming y las falsas identidades en redes sociales. Bajo esta modalidad, un adulto, mediante tecnología, se contacta con un niño, niña o adolescente para cometer un ataque contra su integridad sexual. El groomer (pederasta digital) se aprovecha de la inocencia y la vulnerabilidad para ganar la confianza de las/los menores para conseguir imágenes o videos íntimos.

Se utilizan, luego, aplicaciones y páginas de streaming que posibilitan la transmisión en vivo y directo. La función del tratante es darle el contacto del menor, ya que sea su celular o nombre de usuario, a prostituyentes para que puedan interactuar, funcionando de nexo entre los prostituyentes y los menores.

 

Por último, debemos mencionar un cuarto método que es, de todos, el menos reconocido y a la vez el que está avanzando con mayor fuerza. Se trata de las estrategias discursivas del lobby proxeneta. 

Un lobby es un grupo de poder e interés económico con capacidad de presionar sobre gobiernos y organismos internacionales para obtener políticas y leyes que les beneficien, es decir, que sean funcionales a sus intereses económicos. Las “ganancias” obtenidas de la prostitución ajena en el mundo llegan a integrar el PBI de numerosos países por su magnitud. El sistema prostituyente está entre los negocios criminales más redituables a nivel mundial, junto con el narcotráfico y la venta de armas.

Es por esto que estos grupos de poder que se enriquecen prostituyendo mujeres (el lobby proxeneta) desarrollan estrategias para hacer atractiva la prostitución en pos de que continúe funcionando y generándoles dinero. Su accionar consiste en la puesta en práctica de una serie de estrategias discursivas para convencer y engañar a las mujeres acerca de los "beneficios" de la prostitución a tal punto que podemos considerarlo en sí mismo un método de captación. Las estrategias consisten en:

 

-Convencer a las mujeres y las niñas de que la prostitución es un trabajo, igual que cualquier otra ocupación, con un ambiente agradable y hasta romantizando al “cliente”, mientras que las mujeres prostituidas son en realidad sometidas a un nivel de violencia que deja heridas psicológicas equiparables a las de los veteranos de guerra.

 

-Afirmar que la prostitución es empoderante, que nos hace dueñas de nuestros cuerpos, cuando en verdad terminan reducidos a mercancías que enriquecen a los proxenetas y son sometidas a los maltratos y la satisfacción de los varones prostituyentes anulando todo nuestro deseo. ¿Pueden comprarse el consentimiento y el deseo con un billete? ¿Cómo nos haría libres convertirnos en mercancías a merced de proxenetas y varones prostituyentes?

 

-Cubrir a la prostitución con una fachada de glamour vendiendo la imagen idealizada de la prostituta feliz y que logra la independencia económica “fácilmente”: mucho dinero en poco tiempo.

 

-La falacia de la libre elección: nos dicen que cada una puede elegir qué hacer con su cuerpo, pero no hay libre elección cuando la otra opción es no comer, o cuando vivimos inmersas en una cultura patriarcal que nos convierte continuamente en objetos sexuales de consumo masculino a ser vendido y comprado, cuya voluntad y elección en verdad no importa y cuyo deseo es completamente anulado.

 

De este modo, las mujeres que reciben estos discursos y son expuestas a estas ideas irreales y falaces pueden terminar optando por la prostitución porque, después de todo, no sólo no sería tan malo ser prostituida sino que también hasta resultaría atractivo y ventajoso.

Pero la realidad nos dice otras cosas. La realidad es que estos discursos son la manera que tiene el sistema prostituyente de incluirnos en su circuito de explotación patriarcal, reduciéndonos a mercancías lejos del glamour y la libre elección prometidos, lejos también de la promesa de enriquecimiento rápido puesto que, al final, los únicos que se enriquecen son los proxenetas que nos explotan y todos sus cómplices en el poder político y económico internacional, esos que estaban tan interesados en convencernos de lo empoderante que es ser explotadas. Solo el patriarcado se enriquece, siempre a costa de la integridad y los derechos de las mujeres.

 

Con esto queda demostrado que las cosas no son tan sencillas. Que el sistema prostituyente es un entramado violento que actúa siempre de modo coercitivo aunque eso no siempre sea tan explícito, aunque en la gran mayoría de los casos las víctimas abandonen su casa "por cuenta propia" o se introduzcan, en apariencia, ellas solas en el mundo de la prostitución, ya sea bajo engaño o convencidas por la publicidad que le hace el lobby proxeneta. De este modo, los límites son más difusos, podemos darnos cuenta de que la frontera entre prostitución y trata de personas no es tan clara como quisieron hacernos creer. Además, debemos tener en cuenta que la aplastante mayoría de las mujeres prostituidas se encuentran bajo el dominio de uno o varios proxenetas, y según la legislación vigente la explotación de la prostitución ajena (el proxenetismo) no es otra cosa que trata de personas.

 

La sofisticación de los métodos de captación y la explotación omnipresente cuando de prostitución se trata, deshacen el argumento de la libre elección, demostrando que prostitución y trata son dos caras de la misma moneda, y que prostitución y explotación son, en definitiva, sinónimos.

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