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¿Qué pasa cuando el Estado decide borrar la categoría jurídica sexo para reemplazarla por la de género?

Julio 25, 2021

Empecemos por definir sexo y género.

 

El sexo es una realidad material, objetiva e innegable. Es mucho más que los genitales. Es la biología del cuerpo entero que se manifiesta desde lo más constitutivo de nuestra anatomía, que se encuentra en el ADN.

El sexo como categoría material y política es importante porque es un factor conforme al cual se condiciona nuestra existencia. Esto quiere decir que los sistemas de opresión, tales como el racismo, el sexismo y el capitalismo, están íntimamente ligados a los aspectos materiales de nuestra existencia, y no se determinan por simples autopercepciones individuales. En este sentido, el sexo condiciona nuestra existencia, desde la salud hasta los aspectos sociales.

El género es el conjunto de mandatos, vestimenta y estereotipos que se imponen a cada persona según el sexo con el que nazca. Es lo que representan, en la sociedad patriarcal, la feminidad y la masculinidad: esas imposiciones sexistas que te definen como mujer por cuán femenina seas y como varón por cuán masculino seas.

Es todo eso que, lejos de ser una identidad feliz, libre y elegida, viene impuesto por el conjunto de normas sociales de una sociedad patriarcal y sexista, creando así un sistema de jerarquía y desigualdad entre los sexos.

Ahora bien, ¿en qué afecta el borrado de la categoría sexo para reemplazarla por la de género? O dicho en otras palabras, ¿por qué al Estado debería importarle el sexo como categoría jurídico-política en sus registros y estadísticas oficiales? Veamos sólo algunas cifras.

  • En lo que va del primer semestre de 2021, se han registrado 137 femicidios (1 femicidio cada 31 horas). (1)

  • Solo en 2018, 15.276 mujeres denunciaron haber sido víctimas de agresiones sexuales cometidas por hombres. El 40% de las víctimas totales de ese año fueron menores de edad. (2)

  • Sólo en Sudamérica, el 96% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son del sexo femenino (mujeres y niñas). (3)

  • En América del Norte, Centroamérica y el Caribe, un 55% de las víctimas de trata son niñas y 11% niños, lo que hace que sea la región con más menores víctimas (66% del total). (4)

  • El 72% de las personas que realizan las tareas domésticas y de cuidado en los hogares son mujeres. (5)

  • La tasa de desocupación es mayor entre las mujeres (12,3% contra un 8,5% entre los varones). (6)

  • La brecha de ingresos entre ambos sexos es del 23,7%, y del 41,2% cuando se trata de trabajo informal. (7)

  • Sólo en España, las mujeres reportaron el 80% de los efectos adversos de la vacuna contra el covid-19, cuyos ensayos omitieron estudiar los efectos sobre el sexo femenino (8). Esta es solo una de las muchas consecuencias que acarrea el hecho de que la ciencia estudie como parámetro universal de la humanidad al cuerpo masculino, garantizando el conocimiento sobre la salud de los hombres e ignorando a la vez las necesidades, condiciones, enfermedades y síntomas específicos de las mujeres.

  • La menstruación es considerada tabú en muchos países, o descalificada como asunto menor e irrelevante al punto de impedir el normal desarrollo laboral, educativo y/o social de millones de mujeres y niñas. Por ejemplo, según WaterAid menos de un tercio de las escuelas del mundo tienen baños, lo cual según UNICEF hace que las niñas pierdan un 20% de asistencia a la escuela o incluso la abandonen. Con el pretexto de que ya han menstruado, muchos adultos empujan a las niñas hacia el matrimonio infantil y los embarazos forzosos. (9)

  • El 77% de las mujeres declaró haber vivido violencia obstétrica (10), una forma de violencia lamentablemente muy común que sufrimos las mujeres en relación con nuestro sexo.

  • En todo el mundo, alrededor de un 21% de las mujeres jóvenes fueron casadas antes de cumplir los 18 años. 650 millones de mujeres fueron casadas siendo niñas, casi siempre con hombres -pedófilos- adultos. (11)

  • En nuestro país, el 5% de las niñas menores de dieciocho años fueron casadas o puestas a convivir con hombres que en su mayoría son entre 10 y 15 años más grandes que ellas. (12)

  • Por lo menos 200 millones de niñas y mujeres vivas hoy han sufrido la mutilación genital femenina en 30 países. (13)

¿Qué pasará con todos estos datos que dan cuenta de la desigualdad sexista entre mujeres y varones?

¿Que pasará cuando una persona de sexo femenino sea asesinada por una de sexo masculino, sin importar como éstos se autoidentifiquen? ¿Pasará a catalogarse como un simple homicidio? ¿O tal vez se reemplazará la tipificación de femicidio por “Xcidio”?

En el ámbito de la prostitución y la trata con fines de explotación sexual, ¿se dirá que ahora explotadores, consumidores y víctimas son sexualmente indistintos dependiendo de su libre autopercepción?

¿Qué pasará con la explotación reproductiva de los vientres de alquiler y la comercialización de óvulos? ¿Será que nos mercantilizan a las mujeres por nuestro sexo biológico o por cómo nos autopercibimos?

¿Y cuando vamos a una entrevista laboral y te preguntan si tenés pensado tener hijas/os o directamente ni te contratan? ¿Y la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado de manera exclusiva que nos impiden un libre desarrollo profesional y social? ¿Será que la feminización de la pobreza, producto de la brecha salarial y la tasa de desocupación femenina, y el trabajo doméstico gratuito nos pasan por nuestra opresión basada en el sexo o por el pronombre que elegimos usar?

Muchas preguntas y pocas respuestas. Mucha amplitud de conceptos y poca politización de las realidades y problemáticas que nos afectan a las mujeres desde su raíz. Para politizar bien, primero hay que conceptualizar bien. Y omitir una conceptualización correcta y profunda sobre nuestras realidades es contribuir al borrado de nuestra opresión como un problema político específico. Es borrar de los registros y estadísticas oficiales la categoría sexual y política de “mujer” con nuevos pronombres y letras que nos diluyen de los datos, de su correcto análisis y del diseño de políticas públicas.

Mientras las mujeres nos esforzamos por nuestra liberación, por hacer respetar nuestros derechos y que los reconozcan a cuenta gotas, el patriarcado, que es experto en mutar y se reinventa para seguir dominando, nos convence con aires de inclusividad de un avance progresista y, así como si nada, logra vaciar de sentido nuestra lucha.

Para nosotras, negar el rol de la variable sexo en la realidad de la mitad de la humanidad significaría la imposibilidad de comprender al patriarcado. No podemos ignorar que el 96% de las víctimas de trata pertenece al sexo femenino. No podemos ignorar que desde que ven nuestro sexo en la ecografía se preparan para entrenarnos en la domesticidad y la sumisión porque les servimos madres, reproductoras de la mano de obra. No podemos ignorar la realidad material en la que los hombres se apoyan para forzarnos al lugar de objetos sexuales; no podemos ignorar las condiciones objetivas que explican este sistema que nos viola, humilla y mutila mientras los académicos de Europa y EEUU y los usuarios de redes sociales se entretienen hablando de nombres y performances. No podemos ignorarlo, porque lo que se ignora no se puede combatir.

Fuentes:

(1) Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación (http://www.dpn.gob.ar/documentos/Observatorio_Femicidios_-_Informe_Parcial_-_Junio_2021.pdf)

(2) UFEM (https://www.fiscales.gob.ar/genero/la-ufem-elaboro-un-informe-sobre-estadisticas-de-violencia-sexual/)

(3) Oficina contra la droga y el delito de la ONU en 2018 (https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/glotip/2018/GLOTiP_2018_BOOK_web_small.pdf).

(4) Naciones Unidas en 2019 (https://news.un.org/es/story/2019/01/1449042)

(5) INDEC (https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_1trim21F7C133BA46.pdf)

(6) INDEC (https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_1trim21F7C133BA46.pdf)

(7) INDEC (https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_1trim21F7C133BA46.pdf)

(8) Diario Público sobre datos de la Agencia Española del Medicamento (https://www.publico.es/sociedad/covid-mujer-mujeres-reportan-80-efectos-adversos-vacunas-covid-cuyos-ensayos-obvian-variable-sexo.html/)

(9) Dianova.org (https://www.dianova.org/es/advocacy-articles/el-papel-de-la-higiene-menstrual-en-el-desarrollo/)

(10) Índice nacional de violencia machista 2016 (https://drive.google.com/file/d/0BzQUku9vPMaLMUFaMVphLWJzMG8/view?usp=drivesdk&resourcekey=0-3r6LsY5gCMh0s3gp_yCxhQ)

(11) UNICEF (https://www.unicef.org/es/historias/el-matrimonio-infantil-en-el-mundo)

(12) Fundación para estudio e investigación de la mujer (http://feim.org.ar/2021/05/20/hablemos-de-matrimonio-infantil-en-argentina)

(13) UNICEF (https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/un-nuevo-informe-estad%C3%ADstico-sobre-la-mutilaci%C3%B3n-genital-femenina-muestra-que)

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